miércoles, 8 de julio de 2009

Adios.

Me has mentido. Y yo te he creido... o he creido creerte, según se mire. Y sigues mintiendo. Ya sabía que eras el enemigo, pero nunca imaginé hasta que punto lo serias. Y mirame, que idiota soy, y más aún que he sido. No me creo nada. Ya no. Se me han olvidado nuestras noches, nuestras tardes hablando, nuestros cafés y tus "buenos días mi vida". Se acabó, ya no te creo.


Un día me dijiste que no matara lo que sentías por mi... bien, ahora te veo como un aprovechado que creyó encontrar en la pequeña niña de ojos azules que no soy a la idiota que se enamoraría y creería cada palabra que salia de tu boca. Lo siento, te equivocaste de cría. No es que yo haya matado nada... no se puede asesinar aquello que nunca nació. Y puede que si sientas cariño... pero lo has enterrado mentira sobre mentira... ya ni siquiera pienso que tu nombre sea verdad.


Y te voy a decir adiós aunque me duela la vida... ya solo siento rabia, rabia y dolor. Espero que haya alguien que te crea cariño... porque obviamente, las historias (mas todavía) de anoche, siguen sin encajar en el incompleto puzzle que has creado de tu vida.


Y gracias al cielo doy de no tener nada tuyo dentro de mi. Si, supongo que fuiste el polvo del siglo... pero bueno, todavía me queda por buscar el del milenio.














Mierda de Atlántico y de playa... al carajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario