
No es esta isla mi sitio, sino que es un territorio mas parecido a un archipiélago donde mi mente ansía vivir...
Si, es cierto, crecer es madurar, y madurar es evolucionar. No obstante, hay gente que nunca alcanza ese punto, por lo que acabo teniendo conversaciones a las tantas de la madrugada donde se me pregunta por hechos que ocurrieron hacen bastantes años. Estos hechos no son ciertos, o por lo menos, no lo son en parte, sin embargo, la pregunta es ¿a que narices viene que salgan ahora a la luz? o mejor aún ¿quien tiene interés en ello?
Calumnias contra mi persona son vertidas una y otra vez y te preguntas ¿por qué? Solo digo algo, quien mucho dice más tiene que callar. Y lo triste es que casi me siento certera al adivinar quien lanzó los dardos... no hay que ser demasiado inteligente, pero claro, eso es otra historia, que hoy no debe de ser contada.
Vivir en pueblos tiene estas cosas, y que no me repitan que es una ciudad, porque lo que es la mentalidad sigue siendo la misma, que te cuenten tu vida, que te enteres que has dicho cosas que jamás dijiste, que malinterpreten tus actos, que te pongan de loca por llevar el pelo rojo o que resulte que has tenido amantes sin saberlo...
Quien sabe, a lo mejor mañana en el Diario de Patricia resulta que viene a pedirme cuentas un hijo que jamás tuve... a no ser que estuviera drogada nueve meses...