martes, 23 de diciembre de 2008

En la hora del café...


Me despierta el maldito despertador a una hora que, siendo como se supone que es, vacaciones, no tendría que existir. Sin embargo, escojo ignorar esta llamada de la mañana, y me quedo entre la multitud de mantas que invaden mi cama en este polar diciembre.


Aceptado el hecho de que tengo que levantarme debido a una importante cita con Manet y una serie de personajes artísticos, me dispongo a saltar de la cama. Un café en el aparatito de la cocina, una barrita de cereales y demasiados libros y apuntes encima de esta minúscula mesa... Manet era parisino, tuvo vocación de marino... y mi mente vuela... vuela soñando con estar en París viendo las obras, vuela hacia Madrid, donde contempló las obras de Velazquez... seguidamente toma un café con Degás en el Café Guerbois... y va de exposición en exposición, para más tarde acabar en el Moulin Rouge bebiendo y riendo con el excéntrico Toulouse.


Un estornudo me hace volver a la realidad... ¡maldita mañana de sueños! me repito... yo solo quiero escapar...

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