No quiero ser pesada. No lo seré de nuevo. No sé donde estás, ni siquiera si estás pensando en mi. Me niego a llamarte, no creo que sea lo que más te apetece en este momento. Creo que estás molesto porque no he ido contigo pero... ¿para qué ir? lo podría haber pasado bien, pero no habría hablado contigo, y aún así, no creo que el aire de las alturas hubiera sido beneficioso para mi pobre pecho...
Me falta el aire querido, me estoy muriendo... Me duele respirar, y ya no me quedan pastillas que tomarme para que mi corazón deje de latir aceleradamente... imagina el plan. todos allí bebiendo y fumando, y yo con un vaso de agua y una piruleta con forma de corazón, de fresa, por favor.
Creo que esto se ha terminado. Y comienzo a sentir libertad, mezclada con tristeza y ansiedad, dicho sea de paso. Tu podrás volar viviendo el momento, y yo podré morirme libre, a gusto, mirando al río y no a la niebla de la noche.
Dicho esto, me largo al hospital... para que me receten pastillas para no soñar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario